¿Cómo puedo habituar a mi perro a llevar bozal?
El uso del bozal a veces es necesario y otras obligatorio por ley. Aunque seas responsable de una perra o perro que no lo necesite y que no esté en la obligación de llevarlo siempre, es posible que te encuentres en una situación en la que te obliguen a hacer uso de él, como por ejemplo en ciertos transportes públicos. Lo cierto es que nunca está de más enseñarle a llevar bozal y saber las pautas y conceptos básicos para que se habitúe correctamente a el.
Hay dos grandes tipos de bozales: de tubo (que suelen ser de tela) y de cesta.
Con el bozal de tela (o de tubo) el perro no puede abrir la boca, lo que le impide morder pero también le impide jadear. El jadeo es la manera que tienen de regular su temperatura corporal. Por eso este tipo de bozal solo se pueden usar durante periodos breves de tiempo y nunca cuando vaya a hacer ejercicio físico, haga calor o en cualquier otro momento en el que necesite jadear.
Con el bozal de cesta el perro si puede abrir la boca, por lo que lo pueden llevar puesto durante periodos más largos de tiempo, cuando haga calor e, incluso, haciendo ejercicio físico. Lo que si debemos fijarnos es que se adapte a su morfología y le sea cómodo, que tenga un revestimiento acolchado para evitar rozaduras. Si los agujeros de las rejillas son grandes será ideal, pues podrá beber y también podremos introducir comida para premiar.
El bozal baskerville cumple estas funciones: da seguridad porque no puede morder y permite jadear, beber y comer.
Pasos a seguir para que tu perro se habitúe al bozal:
- Colocas un trocito de comida en el fondo del bozal y se lo enseñas, facilitándole que meta el hocico para comerse el trocito de comida. Retiras el bozal y vuelves al principio de este punto.
- Enseñas el bozal sin trocito de comida dentro, cuando meta el hocico le das varios trocitos de comida por fuera y retiras bozal. Poco a poco, vas aumentando el tiempo de tener puesto el bozal.
- Cuando meta el hocico sin ningún problema y se mantenga un rato, puedes ir cerrando la hebilla de la cinta de atrás. Al principio cierras y abres casi de seguido. De manera gradual puedes ir aumentando el tiempo de llevarlo puesto.
- Cuando ya está acostumbrada a mantener el hocico dentro con el bozal cerrado puedes ponerlo antes de una actividad agradable como puede ser una sesión de masajes, buscar comida por el suelo, un paseo por la calle comiendo de vez en cuando algún trocito de comida.
Hay que entender que cada perro es único y especial y debemos adaptarnos a su ritmo de aprendizaje. El número de veces que practiquemos cada punto y el tiempo necesario para que se acostumbre será distinto de un perro a otro. Solo avanzaremos al siguiente paso si lo vemos cómodo y tranquilo en el actual. Lo más importante es tener paciencia y enseñar de manera gradual. Las prisas no son buenas compañeras.
En resumen, vamos a ir premiando con comida todos y cada uno de los pasos que realizamos cuando ponemos un bozal, asociándolo siempre con experiencias agradables. De manera gradual iremos añadiendo dificultad, modificando el tiempo de permanencia. El es trabajarlo en distintos entornos. Siempre con una buena actitud, tomándonoslo como un juego y haciendo que se divierta.